Crónicas de un Día Inerte
Prólogo:
Esta es una historia que encontré entre mis notas en un cuaderno en el que escribía hace años y es la razón por la que creé este blog, aún está incompleta, esta historia empecé a idearla como a los 12 años, y la idea principal era una historia dividida en 24 capítulos, cada uno representando una hora del "día inerte".
Mi obra se titula "Crónicas de un día inerte", realmente mi obra se resume en una imagen que me viene a la mente cada vez que recuerdo este título, una imagen que no podría describir ni con un millón de palabras a pesar de ser tan clara para mí, pero que puedo intentar transmitir a través de lo que escribo, espero les guste.
CAPITULO I:
"Despertar de una mente inerte"
Y ahí estaba, abriendo los ojos, sin conciencia de quién era o de donde estaba, sólo algunas imágenes borrosas del sueño del que acababa de "despertar"; me poseía una sensación de paz, no podía notar ni mi propia respiración, no podía escuchar nada más que mis pensamientos, no entendía mi razón de ser, no tenía propósitos. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? Muchas preguntas inundaban mi mente mientras mis párpados descubrían a mis desubicados mas quietos ojos, recuerdo ese instante y lo siento como si lo estuviera viviendo en este momento, después de todo no fue un despertar como cualquier otro, fue el despertar de mi mente inerte.
Recostado en el suelo de un cuarto casi vacío, "casi" pues en el techo había algo muy peculiar, el techo mismo era un reloj, un reloj que parecía correr perfectamente, un reloj que marcaba las 3:00 a.m.. En ese momento, ignorante de lo que ocurría y lo que estaba por descubrir, me parecía un error pues había demasiada luz para ser de madrugada, una fría luz azulada se colaba por la única salida y entrada de la habitación, una ventana, que cuarto tan extraño, no había ni siquiera una puerta.
Me levanté, me acerqué a la ventana y noté que el sol aún no salía y que esa luz que llenaba el vacío material del cuarto provenía de esa luna tan indescriptible, que nunca voy a olvidar, no tenía palabras para expresar lo que veía, esa luna llena tan dominante y luminosa que podría jurar que me observaba. Lo que más llamó mi atención en ese instante fue, no la luna, no el por qué de mi existencia, no el po rqué de la luz, sino el aterrador hecho de que me encontraba en una ciudad, llena de edificios, todos iguales, de aproximadamente unos 200 pisos cada uno, llenos de ventanas por las cuales millones de personas asomaban sus cabezas con miradas que revelaban que todos al igual que yo, no tenían idea de lo que pasaba.
CAPITULO II:
"Escapando de mí"
Y aquí estaba, sintiendo asco y lástima, ya no hay nada por lo que valga la pena vivir.
"¿Qué no se dan cuenta todos que sólo somos un error? ¿Qué debería hacer? Sólo desearía que el mundo terminara..."
Esos eran algunos de los pensamientos que me consumían aquella noche, aquella noche en la que todo cambió, aquella noche que terminó convirtiendose en mi mundo entero.
"Te maldigo, falso "dios" antropocéntrico, te maldigo humanidad, me maldigo a mí mismo".
Esos fueron algunos de los pensamientos que comenzaron todo.
CAPITULO III:
"Cronofobia"
Luego de ver que no era el único ser que se encontraba en esta inexplicable situación, intenté comunicarme con uno de los vecinos más cercanos pero, fue entonces cuando me di cuenta que no podía, por más que lo intentara, parecía como si estuviera en un mundo en donde el sonido no existiera, lo único que se me ocurrió en tal escena fue buscar alguna salida del edificio, si había contado bien me encontraba en un décimo nivel, lo que me hacía imposible saltar o salir por la ventana. Los edificios en esta ciudad eran absolutamente planos, así que volteé hacia el cuarto de nuevo, la pared era completamente blanca, no había ni un solo objeto dentro, a excepción del techo que era un reloj; las paredes se veían de un tono argento que se degradaba a un tono índigo, era un fenómeno inexplicable y lo único que podía asegurar era que este era provocado por la extraña luz de luna que iluminaba al mundo entero.
Sin absolutamente nada que hacer me senté en el suelo a observar el reloj mientras esperaba impacientemente a que algo suscediera, cualquier cosa, las agujas del reloj empezaron a comportarse de una manera diferente, la única que se movía era la que marcaba los segundos, observándola en cada uno de sus tic, tac, tic, tacs empecé a desesperame. No sólo era una ilusión causada por el mal funcionamiento del reloj, en realidad parecía que el tiempo no estaba transcurriendo. ¿Cómo lo sabía? No tengo idea, pero estaba seguro que no había pasado ni un sólo minuto desde que me despegué de la ventana, así que comencé a contar cada movimiento de la aguja para no perder la noción del tiempo. Inexplicablemente, cada vez que llegaba a contar hasta 59 me veía forzado a empezar otra vez desde el 1, no importaba cuanto luchara por pensar en el número 60 no lo iba a conseguir nunca, lo intenté tantas veces, que no se ni cuanto tiempo hubiera estado observando el reloj si el tiempo existiera en este mundo.
Entonces algo me sacó de ese trance, empecé a escuchar gritos, no distinguía palabras, sólo gemidos y quejas, pero yo no podia emitir ningun tipo de sonido.
*El título original era "Miedo al transcurrir del tiempo" me parece más apropiado "Cronofobia" pero lo comparto con ustedes.
*Hasta aquí había escrito, a partir de este punto voy a intentar retomar la historia pero necesito tiempo para pensar y recordar bien las ideas que tenía. Ahora miro un montón de errores de redacción pero no los voy a corregir porque prefiero dejar mi obra original.
*Bueno aquí va, aún recuerdo la base de la historia pero no recuerdo detalles.
CAPITULO IV:
"Frágil Realidad"
Sin siquiera una idea de lo que estaba aconteciendo, seguí esperando pacientemente mientras perdía a cada instante un pedazo más de mí. La ventana comenzó a cerrarse o más bien a desaparecer, se hacía cada vez más pequeña hasta que quedé completamente encerrado en el cuarto al que ya no entraba ni un poco de luz. Empecé a sentir como el edificio temblaba levemente, al principio sentí miedo ante la situación de no conocer ni entender qué lo provocaba, cuando una pequeña luz comenzó a filtrarse por cada una de las esquinas del cuarto, a excepción de la pared en donde solía haber una ventana las otras tres empezaron a caerse hacia afuera, como si una caja se desarmara.
Ya no habían paredes dividiendo los cuartos de nadie, solo habíamos unas cincuenta personas en un gran cuarto vacío, la luz entraba a través de unas gradas que se encontraban en el centro y que conducían hacia un piso superior, en ese momento algo me sorprendió, mi techo era el único con un reloj.
Al acercarme a las escaleras me di cuenta que no sólo iban hacia arriba, todas las personas a mi alrededor balbuceaban incoherentemente mientras se acercaban arrastrándose hacia donde yo estaba, parecía que ninguno de ellos sabía lo que era caminar y una imagen perturbadora me congeló por unos segundos cuando observé detenidamente a los demás: tenían los párpados cosidos. Desde abajo noté como otra gran cantidad de personas subía arrastrándose hacia nuestro piso, por lo que decídí dirigirme hacia arriba.
¿Por qué yo no era como ellos? ¿Por qué mis ojos no estaban cosidos? ¿Por qué yo si podía caminar? Me sumergía en estas interrogantes mientras desesperadamente subía las gradas corriendo, había subido quizás unos 8 pisos cuando pensé que si la luz entraba a través de las gradas solo debía llegar hasta el último nivel para salir, recuerdo cuando me asomé por la ventana, los edificios no tenían puertas de entrada pero de algún lado tiene que venir toda esta luz.
*No pretendo escribir un libro común sino una narración ligera, en mi cuaderno tenía enlistados los títulos de todos los capítulos que quería escribir, no les voy a decir cuantos son eso arruinaría un poco la lectura.
*11:42p.m - 30/9/2010 - bueno aquí voy >.<! capítulo 5!! voy a intentar llevar el hábito de escribir un capítulo cada noche.
CAPITULO V:
"Superficie"
Lo veo, una luz tan intensa pero para nada brillante, es como si en lugar de ser algo meramente óptico estuviera sumergido completamente en ella, mientras corría frenética y fatigadamente hacia la salida no pensaba en nada más que la extraña naturaleza de ésta luz.
Cuando por fin logro pisar la superficie de lo que se supone sería la azotea del edificio, al pasar mis pies la salida desaparece; a pesar de todo lo que he visto, esto es lo más extraño que me ha ocurrido desde que desperté en aquel cuarto vacío, no estaba en ninguna azotea sino frente al primer nivel del edificio del cual había salido, no tengo ninguna explicación para esto.
Es una escena sorprendente, es exactamente como lo dije, la luna no es un foco de luz sino la fuente de una sustancia inerte que cubre a todo el mundo, no sabría explicar el estado o el material del cual esta "luz" estaba hecha. Todo se ve de un tono azulado y frío, soy el único que está parado en la calle, ya no hay ventanas en ningún edificio.
Comencé a caminar hacia cualquier dirección, no tenía importancia pues no conocía nada y todos los edificios se veían iguales, llevaba caminando talvez unos diez metros cuando instintivamente me detuve, como si algo malo fuera a pasar y lo sabía y me sentía forzado a detenerme, es ese sentimiento como cuando sabes que alguien te lanzó algo o te tropiezas e instintivamente evitas la caída, y en el mismo instante que me detuve un objeto que en ese momento no podía reconocer pasó ante mí a una velocidad increíble hasta que llegó al suelo, todo pasó tan rápido pero logré percibirlo todo como si sucediera en cámara lenta, mientras el objeto que ví caer colisionaba con el suelo comenzé a bajar la vista y lo único que miraba era un manto de líquido rojo que se acercaba lentamente hacia mí. Estaba paralizado, congelado, no pude moverme hasta que estaba cubierto de lo que en ese momento noté que era sangre, tomé conciencia de lo que estaba pasando y volteé a ver hacia arriba, las demás personas que se arrastraban por las gradas sí salieron por la azotea, ciegos, comenzaron a caer por el borde del edificio, el cuerpo que yo vi caer fue sólo el primero de cientos que caían por todos los edificios que me rodeaban.
*Necesito su opinión, por el momento solo estoy compartiendo el link con amigos que sé que lo van a leer, puse el enlace en FB pero sé que nadie lo va a ver, debería seguir publicando cada capítulo en esta entrada del blog? o les parece mejor hacer una entrada por capítulo? debería de hacerlo más público?
*Bueno ya me inspiré n,n aquí va el capítulo VI les aviso que ya tengo bien definido el final de la historia.
CAPITULO VI:
"Infinito Dolor"
Abrumado ante tan hostil circunstancia empecé a correr hacia la misma dirección en la que había empezado a caminar antes, y a mi paso seguían cayendo cuerpos de aquellos desafortunados ciegos que en su eterna ignorancia se condenaban a un violento fin por seguir sus instintos. Apenas llegué a la primera esquina y otra brutal escena me hizo detenerme, quien caía en ese momento era tan sólo un niño, siguiendo a sus iguales, cegado ante la idea de hacer lo correcto, ni siquiera en un sueño tan frío y a pesar que al parecer mis sentimientos se encontraban dormidos debido a la situación, no pude ignorar la trágica escena.
Tuvo que pasar todo esto para que notara otra peculiaridad que me distinguía del resto de individuos que compartían conmigo esta pesadilla, todos ellos se encontraban completamente desnudos mientras que yo vestía unos pantalones de lona de un tono gris claro, pies descalzos, una camisa de vestir negra y un sudadero negro abierto, el cual me quité para cubrir al niño.
La lluvia de cuerpos parecía no tener fin y seguí avanzando pero esta vez a un paso menos acelerado, crucé la calle, seguí caminando hacia la misma dirección completamente perdido pues no encontraba ninguna diferencia entre el edificio en el que desperté y el que tenía ahora a mi derecha, me parecía el mismo, después de todo era una ciudad muy monótona. Cuerpo tras cuerpo caían creando una desagradable vista de miembros, órganos y sangre; cuando llegué a la esquina me topé de nuevo con algo inexplicable, mi sudadero tirado cubriendo a un niño, es como si estuviera de vuelta en el mismo lugar, asustado corrí cada vez más rápido hacia la misma dirección y en cuestión de segundos estaba otra vez frente al niño. Decidí que debía hacer algo distinto y en lugar de seguir por la misma calle esta vez comencé a correr hacia un sentido perpendicular.
Ocurrió algo que comenzó a corromper mi sentido de la realidad, el niño cubierto por mi abrigo otra vez, tendido en el suelo frente a mí, la ciudad misma era una paradoja, un territorio infinito alrededor de un solo edificio, la incesante caída de cuerpos, el olor a muerte y la gélida luz de luna que me rodeaban me provocaban náuseas.
CAPITULO VII:
"La primera caída"
Asustado, sin idea de lo que debería hacer, me había rendido, estando sobre mis rodillas en el suelo intentando resolver el acertijo que se me presentaba, cerré los ojos por unos segundos, cuando los abrí, estaba en la azotea del edificio, rodeado de personas, si es que se les podía llamar así, arrastrándose incluso unos sobre otros, cayendo por el borde, empezaron a empujarme y a arrastrarme junto a ellos. Eran demasiados, no importaba cuanto luchara seguían arrastrandome hacia donde todos se dirigían, sólo podía escuchar sus lamentos desesperados, sus gemidos, su agonía y yo sin poder proferir ni una sola palabra, incapaz de gritar o luchar contra ellos fuí arrastrado hasta un punto en el que no pude hacer más que dejarme caer, así es, al igual que todos esos cuerpos yo también caía hacia el suelo, debo confesar que sentía terror pero a la vez me sentía aliviado porque lo que fuera que me esperara después de la caída no podría ser peor que el infierno en el que estaba viviendo.
Todo pasó de una manera tan lenta, que tuve la oportunidad hasta de recordar quién era, por qué estaba ahí, tomé conciencia de mi vida pero era demasiado tarde, estaba cayendo y no había nada que pudiera hacer para salvarme, muy cerca de mi fin empecé a reír, aunque lo que quería era llorar en ese momento, quise recordar todo lo que me había pasado para inmortalizar la pesadilla que estaba viviendo, y cuando iba a hacerlo. Y ahí estaba, abriendo los ojos, sin conciencia de quién era o de donde estaba, sólo algunas imágenes borrosas del sueño del que acababa de "despertar". Me poseía una sensación de paz, no podía notar ni mi propia respiración, no podía escuchar nada más que mis pensamientos, no entendía mi razón de ser, no tenía propósitos. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? Muchas preguntas inundaban mi mente mientras mis párpados descubrían a mis desubicados mas quietos ojos, recuerdo ese instante y lo siento como si lo estuviera viviendo en este momento, después de todo no fue un despertar como cualquier otro, fue el despertar de mi mente inerte.
CAPITULO (FINAL) VIII:
"La caída antes de la primera caída"
Los pensamientos que me habían llevado hasta donde estaba, ese odio hacia el mundo y hacia mi existencia, ¿Hace una hermosa noche verdad? La luna brilla como nunca, no parece haber ni una sola nube, las estrellas se ven más lindas de lo normal, el sonido del tráfico en el puente, las sirenas de los bomberos, los gritos de aflicción de las personas. ¿Qué importancia tenía todo esto? Si yo ya había tomado una descisión, parado en el borde de un puente. Arriba, el manto negro de la noche, abajo, un recorrido de por lo menos ciento cincuenta metros que terminaba con rocas afiladas. Me quito mis zapatos y calcetines, cierro los ojos y salto, todo fue tan rápido, a penas me dió tiempo de recordar algo que había escuchado en el bus camino al puente, había escuchado a una anciana hablar sola, decía cosas como que ella había estado en ese bus por años cumpliendo su condena eterna, que ella creía que luego de la muerte sólo nos quedaba una infinita pesadilla que viviríamos por siempre, que anciana tan estúpida.
*Y aquí termina, espero no decepcionar a nadie con el final, realmente es muy difícil lograr que un final satisfaga a todos los lectores puesto que cada quién se forma una idea distinta y alternativa a la original mientras lee. Esta lectura va dedicada a mi pasado YO y a mis dos primeros lectores que me apoyaron y me motivaron a seguir escribiendo, Majo y AJS! Espero les haya gustado. Pretendía escribir un capítulo por noche pero no podía esperar más a escribir lo que tenía en mente antes de olvidarlo.